Viejoven es un concepto creado por el gran (gran gran gran) Joaquín Reyes, y hace referencia a señores viejos que parecen jóvenos, o a jóvenos que parecen viejunos (dicho en chanante). El siguiente dibujo recoge un caso real de vejez en un metrosexual. Un hombre que se ponía mechas, se depilaba el pecho y las cejas, un mecuidotantoqueparezcounpotingueandante. Con el paso de los años, las numerosas cremas anti-envejecimiento con las que se embadurnaba hicieron efecto, y llegó de esta guisa a los setenta y cinco:
Su cuerpo es de anciano, incluso lleva un andador (un poco deforme), pero en su cara no se ven los trece años. Es aún un niño que quiere comerse el mundo. Además, lleva pecas, que cuando se dibujan chiquillos siempre dan un toque más jovial. Parece que esté mirando a una cria del barrio, eh? Incluso podríamos sacarle jugo al asunto y rascar una pequeña erección en su pantalón, pero no lo vamos a hacer, lo voy a hacer yo sólo. Una de las cosas inexplicables del dibujo, aparte del andador, son las alas. ¿Crema antiacné que hace brotar alas? Puede ser. ¿Mascarilla suavizante que te convierte en un ángel? Quizás. ¿Azúcar? No, gracias.
Hay ciertas leyendas urbanas que dicen que el programa Callejeros (Cuatro) es una farsa, que todos los vagabundos, putas, toxicómanos y demás, no son más que actores, actores de la calle. Los tíos de Callejeros llegan a sitios perfectamente acondicionados para la vida diaria, con hospital, servicio de basura, policía... y acaban con todo sólo para seguir con la función de su circo mediático. Hablan con los respetables señores del barrio y les dan ropajes para que aparenten en estado de decadencia. Pero si es así...¿Qué pasa con los bebés? ¿Les obligan también a prostituirse y drogarse? ¿les arrancan los dientes y emborrachan como hacen con los demás? Estoy seguro de que esos tíos dan a los niños jeringuillas y demás menesteres para que parezca que se están drogando, incluso ¿por qué no? les dan un poquito de droga, así los tienen más calmados.
He aquí un ejemplo:
Tiene seis dedos en el pie izquierdo (efecto del jaco).
Un hombre que sale de fiesta un viernes y llega a casa domingo. Se ha montado una fiesta increíble, música, discotecas, alcohol, drogas, dinero, mujeres, camas redondas, enfermedades de transmisión sexual y Grand Prix. Cuando el lunes por la mañana va a trabajar siente un fuerte dolor de estómago, que sumado a la resaca que arrastra le puede joder el día. De vuelta a casa ese dolor aumenta y siente que viene algo grande y que no puede esperar, así que para el coche y con las lágrima asomando por las cuencas de sus ojos corre a un descampado. La sorpresa iba a ser MAYÚSCULA. Tras horas de contracciones en las que el hombre pensaba que llegaba su hora, una cabeza de cocodrilo cayó al suelo envuelta en mierda. Es ahí donde comenzaron los quebraderos de cabeza, ya que el hombre no recordaba nada de lo acaecido el fin de semana.
Este creo que es el mejor del post:
La iglesia está pasando por apuros económicos, nadie pone la X en la casilla, nadie da nada cuando se pasa el rastrillo. Entre todo este clima de crisis, aparece mi amigo Rouco Varela, Arzobispo de la Archidiócesis de Madrid. Su voz suena por encima de la de los demás.
- ¿Por qué no llevamos propaganda en los alzacuellos?
Y así se obró. Dolce & Gabanna, Armani, Coca - Cola, Red Bull, Tapizados Martínez, todos en los alzacuellos, llevando la publicidad a los sitios más sagrados.